Juan 3:22 al 4:3, NBLA.
Testimonio final de Juan el Bautista
22 Después de esto Jesús vino con Sus discípulos a la tierra de Judea, y estaba allí con ellos, y bautizaba. 23 Juan también bautizaba en Enón, cerca de Salim, porque allí había mucha agua[e]; y muchos venían y eran bautizados.24 Porque Juan todavía no había sido puesto en la cárcel.
25 Surgió entonces una discusión entre los discípulos de Juan y un judío acerca de la purificación. 26 Vinieron a Juan y le dijeron: «Rabí, mira, Aquel que estaba contigo al otro lado del Jordán, de quien diste testimonio, está bautizando y todos van a Él».
27 Juan les respondió: «Ningún hombre puede recibir nada si no le es dado del cielo. 28 Ustedes mismos me son testigos de que dije: “Yo no soy el Cristo[f], sino que he sido enviado delante de Él”. 29 El que tiene la novia es el novio, pero el amigo del novio, que está allí y le oye, se alegra en gran manera con la voz del novio. Y por eso, este gozo mío se ha completado. 30 Es necesario que Él crezca, y que yo disminuya.
31 »El que procede de arriba está por encima de todos; el que es de la tierra, procede[g] de la tierra y de la tierra habla. El que procede del cielo está sobre todos. 32 Lo que Él ha visto y oído, de eso da testimonio; y nadie recibe Su testimonio. 33 El que ha recibido Su testimonio ha certificado esto: que Dios es veraz. 34 Porque Aquel a quien Dios ha enviado habla las palabras de Dios, pues Él da el Espíritu sin medida[h].
35 »El Padre ama al Hijo y ha entregado todas las cosas en Su mano. 36 El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que no obedece[i] al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios permanece sobre él».
La mujer samaritana
4 Por tanto, cuando el Señor supo que los fariseos habían oído que Él hacía y bautizaba más discípulos que Juan2 (aunque Jesús mismo no bautizaba, sino Sus discípulos), 3 salió de Judea y se fue otra vez para Galilea.