Manténte firme y confía en Dios

Hechos 23:12 – 24:27, NBLA

Conspiración de los judíos contra Pablo

12 Cuando se hizo de día, los judíos tramaron una conspiración[g] y se comprometieron bajo juramento[h], diciendo que no comerían ni beberían hasta que hubieran matado a Pablo. 13 Los que tramaron este plan eran más de cuarenta hombres, 14 los cuales fueron a los principales sacerdotes y a los ancianos y dijeron: «Nos hemos comprometido bajo solemne juramento[i] a no probar nada hasta que hayamos matado a Pablo. 15 Ahora pues, ustedes y[j] el Concilio, avisen al comandante para que lo haga comparecer[k] ante ustedes, como si quisieran hacer una investigación más minuciosa para resolver su caso. Nosotros por nuestra parte estamos listos para matarlo antes de que llegue».

16 Pero el hijo de la hermana de Pablo se enteró de la emboscada, y fue y entró[l] al cuartel y dio aviso a Pablo. 17 Pablo, llamando a uno de los centuriones, dijo: «Lleva a este joven al comandante, porque tiene algo que informarle».

18 Él entonces, tomándolo consigo, lo condujo al comandante, y le dijo*: «Pablo, el preso, me llamó y me pidió que te trajera a este joven, pues tiene algo que decirte». 19 El comandante, tomándolo de la mano, y llevándolo aparte, le preguntó: «¿Qué es lo que tienes que informarme?».

20 Y el joven respondió: «Los judíos se han puesto de acuerdo en pedirle que mañana lleve a Pablo al Concilio con el pretexto de hacer una indagación más a fondo sobre él. 21 Pero no les preste atención[m], porque más de cuarenta hombres de ellos, que se han comprometido bajo juramento[n] a no comer ni beber hasta que lo hayan matado, esperan emboscados. Ellos ya están listos esperando promesa de parte suya[o]». 22 Entonces el comandante dejó ir al joven, encomendándole: «No digas a nadie que me has informado de estas cosas».

23 Y llamando a dos de los centuriones, dijo: «Preparen 200 soldados para las nueve de la noche, con[p] setenta jinetes y 200 lanceros[q], para que vayan a Cesarea». 24 Debían preparar también cabalgaduras para Pablo y llevarlo a salvo al gobernador Félix.

Carta de Claudio Lisias a Félix

25 También el comandante escribió una carta en estos términos:

26 «Claudio Lisias, al excelentísimo gobernador Félix: Salud.

27 Cuando este hombre fue arrestado por los judíos, y estaba a punto de ser muerto por ellos, al saber que era romano, fui con las tropas y lo rescaté.28 Queriendo cerciorarme de la causa por la cual lo acusaban, lo llevé a su Concilio 29 y hallé que lo acusaban sobre cuestiones de su ley, pero no de ningún[r] cargo que mereciera muerte o prisión[s].

30 Cuando se me informó de que había un plan en contra del hombre, se lo envié enseguida, instruyendo también a sus acusadores que presenten los cargos[t] contra él delante de usted[u]».

31 Así que los soldados, de acuerdo con las órdenes que tenían, tomaron a Pablo y lo llevaron de noche a Antípatris. 32 Al día siguiente regresaron al cuartel dejando que los de a caballo siguieran con él, 33 los cuales, después de llegar a Cesarea y de entregar la carta al gobernador, le presentaron también a Pablo.

34 Cuando el gobernador leyó la carta, preguntó de qué provincia era Pablo. Y al enterarse de que era de Cilicia, 35 dijo: «Te oiré cuando estén presentes también tus acusadores». Y mandó que lo guardaran en el Pretorio[v] de Herodes.

Los judíos acusan a Pablo ante Félix

24 Cinco días más tarde el sumo sacerdote Ananías descendió a Cesarea con algunos ancianos y con un abogado[a] llamado Tértulo; y[b] presentaron al gobernador sus cargos[c] contra Pablo. Después que llamaron a Pablo[d], Tértulo comenzó a acusarlo, diciendo al gobernador:

«Ya que por usted hemos obtenido mucha paz, y que por providencia suya se están llevando a cabo reformas en favor de esta nación, nosotros, por todos los medios y en todas partes, reconocemos esto con profunda gratitud, oh excelentísimo Félix.

»Pero para no molestarle más, le suplico que, con su habitual bondad, nos conceda una breve audiencia[e]. Pues hemos descubierto[f] que este hombre es verdaderamente una plaga[g], y que provoca disensiones entre todos los judíos por el mundo entero, y es líder de la secta de los nazarenos. Hasta trató de profanar el templo. Entonces[h] lo arrestamos [i]y quisimos juzgarlo conforme a nuestra ley.

»Pero interviniendo el comandante[j] Lisias, con gran violencia lo quitó de nuestras manos, mandando a sus acusadores que vinieran a usted. Si usted mismo lo interroga sobre todo lo que he dicho[k], podrá confirmar las cosas de que lo acusamos». Los judíos se unieron también a la acusación[l], asegurando que, efectivamente, así era todo.

Defensa de Pablo

10 Después que el gobernador le hizo una señal para que hablara, Pablo respondió: «Sabiendo que por muchos años usted ha sido juez de esta nación, con gusto presento mi defensa, 11 puesto que usted puede comprobar el hecho de que no hace más de doce días que subí a Jerusalén a adorar. 12 Y ni en el templo, ni en las sinagogas, ni en la ciudad misma me encontraron discutiendo con nadie o provocando un tumulto[m]. 13 Ni tampoco pueden probar de lo que ahora me acusan.

14 »Pero esto admito ante usted, que según el Camino que ellos llaman secta, yo sirvo al Dios de nuestros padres[n], creyendo todo lo que es conforme a la ley y lo que está escrito en los profetas; 15 teniendo la misma esperanza en Dios que estos también abrigan, de que ciertamente habrá una resurrección tanto de los justos como de los impíos[o]. 16 Por esto, yo también me esfuerzo por conservar[p]siempre una conciencia irreprensible delante de Dios y delante de los hombres.

17 »Después de varios años, he venido para traer limosnas[q] a mi nación y a presentar ofrendas. 18 En esto estaba cuando me encontraron en el templo, después de haberme purificado, no con multitud ni con alboroto. Pero estaban allíciertos judíos de Asia[r], 19 y que deberían haberse presentado aquí ante usted y acusarme si tuvieran algo contra mí.

20 »O si no, que estos mismos digan qué delito encontraron cuando comparecí ante el Concilio[s], 21 a no ser por esta sola declaración[t] que hice en voz alta mientras estaba entre ellos: “Por la resurrección de los muertos soy juzgado hoy ante ustedes”».

22 Entonces Félix, que conocía con bastante exactitud acerca del Camino, dejó el fallo para después, diciendo[u]: «Cuando venga[v] el comandante Lisias decidiré el caso de ustedes». 23 Y dio órdenes al centurión de que tuviera a Pablo[w] bajo custodia, pero con alguna medida de libertad, y que no impidiera a ninguno de sus amigos[x] que lo sirvieran.

Pablo preso por dos años en Cesarea

24 Pero pocos días más tarde, llegó Félix con Drusila su mujer[y], que era judía, y mandó traer a Pablo y lo oyó hablar acerca de la fe en Cristo Jesús. 25 Al disertar Pablo[z] sobre la justicia, el dominio propio y el juicio venidero, Félix, atemorizado dijo[aa]: «Vete por ahora, pero cuando tenga tiempo te mandaré llamar».

26 Al mismo tiempo, tenía esperanza de que Pablo le diera dinero. Por eso acostumbraba llamarlo con frecuencia y conversar con él. 27 Pero transcurridos dos años, Porcio Festo llegó como sucesor de Félix[ab], y deseando hacer un favor a los judíos, Félix dejó preso a Pablo.

 

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