Pablo y Bernabé en Listra

Hechos 14:8-28, NBLA

Pablo y Bernabé en Listra
8 Y había en Listra un hombre que estaba sentado, imposibilitado de los pies, cojo desde el seno de su madre y que nunca había andado. 9 Este escuchaba hablar a Pablo, el cual, fijando la mirada en él, y viendo que tenía fe para ser sanado[a], 10 dijo con voz fuerte: «Levántate derecho sobre tus pies». Y él dio un salto y comenzó a andar. 11 Cuando la multitud vio lo que Pablo había hecho, alzaron la voz, diciendo en el idioma de Licaonia: «Los dioses se han hecho semejantes a hombres y han descendido a nosotros».

12 Y llamaban a Bernabé, Júpiter[b], y a Pablo, Mercurio[c], porque este era el que dirigía la palabra. 13 El sacerdote de Júpiter, cuyo templo estaba en las afueras de[d] la ciudad, trajo toros y guirnaldas a las puertas, y quería ofrecer sacrificios junto con la multitud.

14 Pero cuando lo oyeron los apóstoles Bernabé y Pablo, rasgaron sus ropas y se lanzaron en medio de la multitud, gritando: 15 «Señores, ¿por qué hacen estas cosas? Nosotros también somos hombres de igual naturaleza que ustedes, y les anunciamos el evangelio para que se vuelvan de estas cosas vanas a un Dios vivo, que hizo el cielo, la tierra, el mar, y todo lo que hay en ellos. 16 En las generaciones pasadas Él permitió que todas las naciones[e] siguieran sus propios caminos; 17 y sin embargo, no dejó de dar testimonio de Él mismo, haciendo bien y dándoles lluvias del cielo y estaciones fructíferas, llenando sus corazones de sustento y de alegría». 18 Aun diciendo estas palabras, apenas pudieron impedir que las multitudes les ofrecieran sacrificio.

Pablo apedreado en Listra
19 Pero vinieron algunos judíos de Antioquía y de Iconio, y habiendo persuadido a la multitud, apedrearon a Pablo y lo arrastraron[f] fuera de la ciudad, pensando que estaba muerto. 20 Pero mientras los discípulos lo rodeaban, él se levantó y entró en la ciudad. Al día siguiente Pablo partió con Bernabé a Derbe.

21 Después de anunciar el evangelio a aquella ciudad y de hacer muchos discípulos, volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquía, 22 fortaleciendo los ánimos de los discípulos, exhortándolos a que perseveraran en la fe, y diciendo: «Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios». 23 Después que les designaron ancianos en cada iglesia, habiendo orado con ayunos, los encomendaron al Señor en quien habían creído.

24 Pasaron por Pisidia y llegaron a Panfilia. 25 Después de predicar[g] la palabra en Perge, descendieron a Atalia; 26 y de allí se embarcaron para Antioquía, donde habían sido encomendados a la gracia de Dios para la obra que habían cumplido.

27 Cuando llegaron y reunieron a la iglesia, informaron de todas las cosas que Dios había hecho con ellos, y cómo[h] había abierto a los gentiles la puerta de la fe. 28 Y se quedaron mucho tiempo[i] con los discípulos.

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