Pedro: el primer testigo

Hechos 2:14-41, NBLA

Primer sermón de Pedro

14 Entonces Pedro, poniéndose en pie con los once apóstoles, alzó la voz y les declaró: «Hombres de Judea y todos los que viven en Jerusalén, sea esto de su conocimiento y presten atención a mis palabras. 15 Porque estos no están borrachos como ustedes suponen, pues apenas es la hora tercera[j]; 16 sino que esto es lo que fue dicho por medio del profeta Joel:

17 “Y sucederá en los Últimos días”, dice Dios,
Que derramaré de Mi Espíritu sobre toda carne;
Y sus hijos y sus hijas profetizarán,
Sus jóvenes verán visiones,
Y sus ancianos soñarán sueños;
18 Y aun sobre Mis siervos y sobre Mis siervas
Derramaré de Mi Espíritu en esos días,
Y profetizarán.
19 Y mostraré prodigios arriba en el cielo
Y señales abajo en la tierra:
Sangre, fuego y columna[k] de humo.
20 El sol se convertirá en tinieblas
Y la luna en sangre,
Antes que venga el día grande y glorioso[l] del Señor.
21 Y sucederá[m] que todo aquel que invoque el nombre del Señor será salvo”.

22 »Hombres de Israel, escuchen estas palabras: Jesús el Nazareno, varón confirmado[n] por Dios entre ustedes con milagros[o], prodigios y señales[p] que Dios hizo en medio de ustedes a través de Él, tal como ustedes mismos saben.23 Este fue entregado por el plan predeterminado y el previo conocimiento[q] de Dios, y ustedes lo clavaron en una cruz por manos de impíos[r] y lo mataron.24 Pero Dios lo resucitó, poniendo fin a la agonía de la muerte, puesto que no era posible que Él quedara bajo el dominio de ella. 25 Porque David dice de Él:

Veía siempre al Señor en mi presencia;
Pues está a mi diestra para que yo no sea sacudido.
26 Por lo cual mi corazón se alegró y mi lengua se regocijó;
Y aun hasta mi carne descansará en esperanza;
27 Pues Tú no abandonarás mi alma en el Hades[s],
Ni permitirás[t] que Tu Santo vea corrupción.
28 Me has hecho conocer los caminos de la vida;
Me llenarás de gozo con Tu presencia”.

29 »Hermanos[u], del patriarca David les puedo decir con franqueza que murió y fue sepultado, y su sepulcro está entre nosotros hasta el día de hoy. 30 Pero siendo profeta, y sabiendo que Dios le había jurado sentar a uno de sus descendientes[v] en su trono, 31 miró hacia el futuro y habló de la resurrección de Cristo[w], que ni fue abandonado en el Hades[x], ni Su carne sufrió[y] corrupción.

32 »A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos. 33 Así que, exaltado a[z] la diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que ustedes ven y oyen. 34 Porque David no ascendió a los cielos, pero él mismo dice:

Dijo el Señor a mi Señor:
Siéntate a Mi diestra,
35 Hasta que ponga a Tus enemigos por estrado de Tus pies’”.

36 Sepa, pues, con certeza toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien ustedes crucificaron, Dios lo ha hecho Señor y Cristo[aa]».

Efectos del sermón de Pedro

37 Al oír esto, conmovidos profundamente[ab], dijeron a Pedro y a los demás apóstoles: «Hermanos[ac], ¿qué haremos?». 38 Entonces Pedro les dijo: «Arrepiéntanse y sean bautizados cada uno de ustedes en el nombre de Jesucristo para perdón de sus pecados, y recibirán el don del Espíritu Santo.39 Porque la promesa es para ustedes y para sus hijos y para todos los que están lejos, para tantos como el Señor nuestro Dios llame».

40 Y Pedro, con muchas otras palabras testificaba solemnemente y les exhortaba diciendo: «Sean salvos de esta perversa generación». 41 Entonces los que habían recibido su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como 3,000 almas[ad].

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