2 Samuel 2- 5, NBLA.

David proclamado rey de Judá

2 Después de esto David consultó al Señor: «¿Subiré a alguna de las ciudades de Judá?». Y el Señor le dijo: «Sube». «¿Adónde subiré?», dijo David. Y Él dijo: «A Hebrón». Entonces David subió allá, y también sus dos mujeres, Ahinoam la jezreelita y Abigail, viuda[a] de Nabal, el de Carmel. Y David trajo a los hombres que estabancon él, cada uno con su familia; y habitaron en las ciudades de Hebrón. Los hombres de Judá vinieron y ungieron allí a David como rey sobre la casa de Judá.

Y avisaron a David: «Fueron los hombres de Jabes de Galaad los que sepultaron a Saúl». Y David envió mensajeros a los hombres de Jabes de Galaad, a decirles: «Benditos sean del Señor, porque han mostrado[b]esta bondad a Saúl su señor, y lo han sepultado. Ahora, que el Señor les muestre[c] misericordia y verdad; y yo también les haré bien por esto que han hecho. Fortalezcan, pues, sus manos, y sean valientes[d] porque Saúl su señor ha muerto, y[e] la casa de Judá me ha ungido rey sobre ellos».

Isboset proclamado rey de Israel

Pero Abner, hijo de Ner, comandante del ejército de Saúl, había tomado a Isboset[f], hijo de Saúl, y lo llevó a Mahanaim. Y le hizo rey sobre Galaad, sobre Gesuri[g], sobre Jezreel, sobre Efraín, sobre Benjamín y sobre todo Israel. 10 Isboset, hijo de Saúl, tenía cuarenta años cuando comenzó a reinar sobre Israel, y reinó dos años. La casa de Judá, sin embargo, siguió a David. 11 El tiempo[h] que David reinó en Hebrón sobre la casa de Judá fue de siete años y seis meses.

12 Abner, hijo de Ner, salió de Mahanaim a Gabaón con los siervos de Isboset, hijo de Saúl. 13 Y Joab, hijo de Sarvia, y los siervos de David salieron y los encontraron[i] junto al estanque de Gabaón; y se sentaron, unos a un[j]lado del estanque y los otros al otro lado[k]. 14 Entonces Abner dijo a Joab: «Que se levanten ahora los jóvenes y compitan[l] delante de nosotros». «Que se levanten», respondió Joab. 15 Se levantaron y pasaron en igual número, doce por Benjamín e Isboset, hijo de Saúl, y doce de los siervos de David. 16 Cada uno agarró a su adversario[m] por la cabeza, y metió su espada en el costado del adversario[n] de manera que cayeron juntos. Por eso aquel lugar fue llamado Helcat Hazurim[o], el cual está en Gabaón. 17 Aquel día la batalla fue muy reñida, y Abner y los hombres de Israel fueron derrotados delante de los siervos de David.

18 Estaban allí los tres hijos de Sarvia: Joab, Abisai y Asael. Y Asael era tan ligero de pies como una gacela del campo. 19 Asael persiguió a Abner, y no se desvió[p] ni a derecha ni a izquierda de ir tras Abner. 20 Entonces Abner, miró atrás y dijo: «¿Eres tú Asael?». «Yo soy», respondió él. 21 Abner le dijo: «Desvíate a tu derecha o a tu izquierda, apodérate de uno de los jóvenes y toma para ti sus despojos». Pero Asael no quería dejar de perseguirlo. 22 Abner volvió a decirle a Asael: «Deja de perseguirme. ¿Por qué he de derribarte en tierra? ¿Cómo podría entonces levantar mi rostro ante tu hermano Joab?». 23 Pero él rehusó apartarse; por tanto, Abner lo hirió en el estómago con la parte trasera de la lanza, y la lanza le salió por la espalda; allí cayó, y allí mismo murió. Y todos los que venían al lugar donde Asael había caído y muerto, se detenían.

24 Pero Joab y Abisai persiguieron a Abner, y cuando el sol se ponía, llegaron a la colina de Amma, que está frente a Gía junto al camino del desierto de Gabaón. 25 Los benjamitas se agruparon detrás de Abner formando una sola banda, y se detuvieron en la cumbre de una colina. 26 Abner llamó a Joab, y dijo: «¿Devorará la espada para siempre? ¿No sabes que el final será amargo? ¿Hasta cuándo esperarás para decirles[q] que dejen de perseguir a sus hermanos?». 27 Respondió Joab: «Vive Dios, que si no hubieras hablado, ciertamente el pueblo, después de perseguir cada cual a su hermano, no se hubiera ido hasta la mañana». 28 Entonces Joab tocó la trompeta y todo el pueblo se detuvo; no persiguieron más a Israel ni continuaron peleando más. 29 Abner y sus hombres marcharon toda aquella noche por el Arabá, cruzaron el Jordán, y caminando toda la mañana[r], llegaron a Mahanaim.

30 Joab volvió también de perseguir a Abner, y cuando reunió a todo el pueblo, faltaban de los siervos de David, diecinueve hombres, además de Asael. 31 Pero los siervos de David habían herido de Benjamín y de los hombres de Abner, a 360 hombres, los cuales murieron. 32 Se llevaron a Asael y lo sepultaron en el sepulcro de su padre, que estaba en Belén. Joab y sus hombres caminaron toda la noche hasta que les amaneció[s] en Hebrón.

3 Hubo larga guerra entre la casa de Saúl y la casa de David; pero David se iba fortaleciendo, mientras que la casa de Saúl se iba debilitando.

Hijos de David nacidos en Hebrón

A David le nacieron hijos en Hebrón; su primogénito fue Amnón, hijo de Ahinoam la jezreelita; el segundo, Quileab, de Abigail, viuda[a] de Nabal de Carmel; el tercero, Absalón, hijo de Maaca, hija de Talmai, rey de Gesur;el cuarto, Adonías, hijo de Haguit; el quinto, Sefatías, hijo de Abital, y el sexto, Itream, de Egla, mujer de David. Estos le nacieron a David en Hebrón.

David y Abner

Durante la guerra que había entre la casa de Saúl y la casa de David, Abner se fortaleció en la casa de Saúl. Y Saúl había tenido una concubina cuyo nombre era Rizpa, hija de Aja; entonces Isboset[b] dijo a Abner: «¿Por qué te has llegado a la concubina de mi padre?». Abner se enojó mucho por las palabras de Isboset, y dijo: «¿Acaso soy yo cabeza de perro que pertenece a Judá? Hoy he mostrado bondad hacia la casa de tu padre Saúl, hacia sus hermanos y hacia sus amigos, y no te he entregado en manos de David; sin embargo, tú me acusas hoy de una ofensa con esta[c] mujer. Así haga Dios a Abner, y aún más, si lo que[d] el Señor ha jurado a David no lo obtengo para él: 10 transferir el reino de la casa de Saúl y establecer el trono de David sobre Israel y sobre Judá desde Dan hasta Beerseba». 11 Y él ya no pudo responder a Abner ni una palabra, porque le temía.

12 Entonces Abner envió mensajeros a David de su parte y preguntó: «¿De quién es la tierra? Y que dijeran también: Haga su pacto conmigo, y mi mano será con usted para traer a usted a todo Israel». 13 Y David respondió: «Muy bien. Haré pacto contigo, pero una cosa demando de ti: No verás mi rostro a menos de que cuando vengas a verme[e] traigas a Mical, la hija de Saúl». 14 Y David envió mensajeros a Isboset, el hijo de Saúl y le dijo: «Dame a mi mujer Mical, con la cual me desposé por 100 prepucios de los filisteos». 15 Isboset, pues, envió a quitársela a su esposo, a Paltiel[f], hijo de Lais. 16 Pero su esposo fue con ella, llorando mientras iba, y la siguió hasta Bahurim. Entonces Abner le dijo: «Ve, vuélvete». Y Paltiel se volvió.

17 Abner habló[g] con los ancianos de Israel: «Hace tiempo que ustedes buscaban a David para que fuera su rey.18 Ahora pues, háganlo. Porque el Señor ha hablado acerca de David, diciendo: “Por mano de Mi siervo David salvaré[h] a Mi pueblo Israel de mano de los filisteos y de mano de todos sus enemigos”». 19 También Abner habló a oídos de los de Benjamín. Abner además fue a hablar a oídos de David en Hebrón de todo lo que parecía bien a[i]Israel y a toda la casa de Benjamín.

20 Llegó Abner adonde estaba David, en Hebrón, y con él veinte hombres. Y David preparó un banquete para Abner y los hombres que lo acompañaban. 21 Y Abner dijo a David: «Me levantaré e iré a reunir a todo Israel junto a mi señor el rey para que hagan un pacto con usted, y sea rey sobre todo lo que su corazón[j] desea». Entonces David despidió a Abner, y él se fue en paz.

22 Sucedió que los siervos de David y Joab vinieron de hacer una incursión trayendo consigo mucho botín; pero Abner no estaba con David en Hebrón, porque él lo había despedido y se había ido en paz. 23 Cuando llegó Joab y todo el ejército que estaba con él, le dieron aviso a Joab diciéndole: «Abner, hijo de Ner, vino al rey, y él lo ha despedido y se ha ido en paz». 24 Entonces Joab vino al rey y dijo: «¿Qué ha hecho? Ya que Abner vino a usted; ¿por qué, pues, lo ha despedido y él ya se ha ido? 25 Conoce a Abner, hijo de Ner, que vino a engañarlo y saber de sus salidas y de sus entradas, y a enterarse de todo lo que usted hace».

La muerte de Abner

26 Y saliendo Joab de donde estaba David, envió mensajeros tras Abner, y lo hicieron volver desde el pozo de Sira; pero David no lo sabía. 27 Cuando Abner regresó a Hebrón, Joab lo llevó aparte en medio de la puerta para hablarle en privado, y allí, por causa de la sangre de Asael su hermano, lo hirió en el vientre y murió. 28 Cuando David lo supo después, dijo: «Yo y mi reino somos inocentes para siempre delante del Señor de la sangre de Abner, hijo de Ner. 29 Caiga[k] su sangre sobre la cabeza de Joab y sobre toda la casa de su padre, y nunca falte en la casa de Joab quien padezca flujo, ni quien sea leproso, ni quien se sostenga con báculo, ni quien muera a espada, ni quien carezca de pan». 30 Joab y su hermano Abisai mataron a Abner porque él había dado muerte a Asael, hermano de ellos, en la batalla de Gabaón.

31 Entonces David dijo a Joab y a todo el pueblo que estaba con él: «Rasguen sus vestidos, y cíñanse de cilicio, y hagan duelo delante de Abner». Y el rey David iba detrás del féretro. 32 Sepultaron, pues, a Abner en Hebrón. El rey alzó su voz y lloró junto al sepulcro de Abner, y lloró también todo el pueblo. 33 Y el rey entonó una elegía por Abner, y dijo:

«¿Había de morir Abner como muere un insensato?
34 Tus manos no estaban atadas, ni tus pies puestos en grillos;
Como el que cae delante de los malvados[l], has caído».

Y todo el pueblo volvió a llorar por él.

35 Entonces todo el pueblo se llegó a David para persuadirlo a[m] que comiera pan mientras aún era de día. Pero David juró: «Así me haga Dios y aun más, si pruebo pan o cosa alguna antes de ponerse el sol». 36 Todo el pueblo reparó en ello, y les agradó[n], pues todo lo que el rey hacía agradaba a[o] todo el pueblo. 37 Así todo el pueblo y todo Israel comprendió aquel día que no había sido el deseo del rey que se diera muerte a Abner, hijo de Ner.38 Entonces el rey dijo a sus siervos: «¿No saben que un príncipe y un gran hombre ha caído hoy en Israel? 39 Hoy soy débil, aunque ungido rey; y estos hombres, hijos de Sarvia, son más duros que yo. Que el Señor pague al malhechor conforme a su maldad».

Duelo de David por la muerte de Isboset

4 Cuando oyó Isboset, hijo[a] de Saúl, que Abner había sido muerto en Hebrón, se llenó de miedo[b], y todo Israel se turbó. El hijo de Saúl tenía dos hombres que eran jefes de bandas: el nombre de uno era Baana, y el del otro Recab, hijos de Rimón el beerotita, de la tribu de Benjamín (porque Beerot es también considerado parte de Benjamín, pues los beerotitas habían huido a Gitaim y han sido extranjeros allí hasta el día de hoy).

Jonatán, hijo de Saúl, tenía un hijo lisiado de los pies. Este tenía cinco años cuando de Jezreel llegaron las noticias de la muerte de Saúl y Jonatán, y su nodriza lo tomó y huyó, pero sucedió que en su prisa por huir, él se cayó y quedó cojo. Su nombre era Mefiboset[c].

Y los hijos de Rimón el beerotita, Recab y Baana, fueron y entraron en la casa de Isboset en el calor del día, mientras él dormía la siesta. Llegaron hasta la mitad de la casa como si fueran a buscar trigo[d], y lo hirieron en el vientre. Después Recab y su hermano Baana escaparon. Habían entrado en la casa mientras Isboset[e] estaba acostado en su lecho, en su alcoba; lo hirieron y lo mataron, y le cortaron la cabeza. Y tomando su cabeza, anduvieron toda la noche camino del Arabá, y trajeron la cabeza de Isboset a David en Hebrón, y dijeron al rey: «Esta es la cabeza de Isboset, hijo de su enemigo Saúl, el que buscaba su vida; de esta manera el Señor hoy ha concedido venganza a mi señor el rey sobre Saúl y sus descendientes[f]».

Respondiendo David a Recab y a su hermano Baana, hijos de Rimón el beerotita, les dijo: «Vive el Señor que ha redimido mi vida de toda angustia, 10 porque cuando uno me avisó: “Saúl ha muerto”, pensando que me traía buenas noticias[g], yo lo prendí y lo maté en Siclag, lo cual fue el pago que le di por sus noticias. 11 ¿Cuánto más, cuando hombres malvados han matado a un hombre justo en su propia casa y sobre su cama, no demandaré ahora su sangre de las manos de ustedes, borrándolos[h] de la tierra?». 12 Y David dio una orden a los jóvenes, y ellos los mataron y les cortaron las manos y los pies y los colgaron junto al estanque en Hebrón. Pero tomaron la cabeza de Isboset y la sepultaron en el sepulcro de Abner, en Hebrón.

David, rey de Israel y de Judá

5 Entonces todas las tribus de Israel fueron a David, en Hebrón, y le dijeron[a]: «Aquí estamos, hueso suyo y carne suya somos. Ya desde antes, cuando Saúl aún era rey sobre nosotros, usted era el que guiaba a Israel en sus salidas y entradas. Y el Señor le dijo: “Tú pastorearás a Mi pueblo Israel, y serás príncipe sobre Israel”».Vinieron, pues, todos los ancianos de Israel al rey en Hebrón, y el rey David hizo un pacto con ellos en Hebrón delante del Señor; luego ungieron a David como rey sobre Israel. David tenía treinta años cuando llegó a ser rey, y reinó cuarenta años. En Hebrón reinó sobre Judá siete años y seis meses, y en Jerusalén reinó treinta y tres años sobre todo Israel y Judá.

Y el rey y sus hombres fueron a Jerusalén para atacar a los jebuseos, los habitantes de la tierra. Los jebuseos le dijeron a David[b]: «Usted no entrará aquí; aun los ciegos y los cojos lo rechazarán»; pues pensaban[c]: «David no puede entrar aquí». No obstante, David conquistó la fortaleza de Sión, es decir, la ciudad de David. Y dijo David aquel día: «Todo el que quiera herir a los jebuseos, que suba por el túnel del agua y llegue adonde están los cojos y los ciegos, a los cuales el alma de David aborrece». Por eso se dice: «Ni los ciegos ni los cojos entrarán en la casa». David habitó en la fortaleza, y la llamó la ciudad de David. Y edificó[d] David la muralla en derredor desde el Milo[e] hacia adentro. 10 David se engrandecía cada vez más, porque el Señor, Dios de los ejércitos, estaba con él.

11 Entonces Hiram, rey de Tiro, envió mensajeros a David con madera de cedros, carpinteros y canteros, y construyeron una casa para David. 12 Y comprendió David que el Señor lo había confirmado por rey sobre Israel, y que había exaltado Su reino por amor a Su pueblo Israel.

13 Después que vino de Hebrón, David tomó más concubinas y mujeres de Jerusalén; y le nacieron a David más hijos e hijas. 14 Estos son los nombres de los que le nacieron en Jerusalén: Samúa, Sobab, Natán, Salomón,15 Ibhar, Elisúa, Nefeg, Jafía, 16 Elisama, Eliada y Elifelet.

17 Al oír los filisteos que David había sido ungido rey sobre Israel, todos los filisteos subieron a buscar a David; y cuando David se enteró, bajó a la fortaleza. 18 Los filisteos llegaron y se esparcieron por el valle de Refaim.19 Entonces David consultó al Señor: «¿Subiré contra los filisteos? ¿Los entregarás en mi mano?». Y el Señor dijo a David: «Sube, porque ciertamente entregaré a los filisteos en tu mano». 20 Así que David fue a Baal Perazim, y allí los derrotó[f]; y dijo: «El Señor ha abierto brecha entre mis enemigos delante de mí, como brecha de aguas». Por eso llamó a aquel lugar Baal Perazim[g]. 21 Los filisteos abandonaron allí sus ídolos, y David y sus hombres se los llevaron.

22 Después los filisteos subieron de nuevo, y se esparcieron por el valle de Refaim. 23 Cuando David consultó al Señor, Él le dijo: «No subas directamente; da un rodeo por detrás de ellos y sal a ellos frente a las balsameras.24 Y[h] cuando oigas el sonido de marcha en las copas de las balsameras, entonces actuarás rápidamente, ya que el Señor habrá salido delante de ti para herir al ejército de los filisteos». 25 Entonces David lo hizo así, tal como el Señor le había ordenado, e hirió a los filisteos desde Geba[i] hasta[j] Gezer.

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